El CMMC participa por tercer año consecutivo en quemas científicas en el Delta del Paraná
- Flavio Patricio Aranda

- 14 ago
- 2 Min. de lectura
La Centro de Monitoreo Meteorológico y Climático de Granadero Baigorria integra un trabajo internacional que busca estudiar el impacto del fuego en los humedales. La experiencia se desarrolla frente a la ciudad de Santa Fe y cuenta con la participación de INTA, UNL, Bomberos Voluntarios y la Secretaría de Protección Civil.

Este jueves, el Centro de Monitoreo Meteorológico y Climático (CMMC) participó por tercer año consecutivo en las quemas científicas que se realizan en el Delta del Paraná, frente a la ciudad de Santa Fe, en el marco de un proyecto financiado por la Unión Europea.
El director del CMMC, Jorge Giometti, explicó en comunicación con Recuerdos FM 91.1 que la jornada incluyó la quema de dos parcelas y la preservación de otras dos como testigo, con el objetivo de medir el comportamiento del fuego y sus efectos en la vegetación, el suelo y la biodiversidad. “Ahora ya están todos los equipos instalados. Bomberos y Protección Civil están listos, y después del mediodía, cuando baje un poco el viento, comenzará la quema”, señaló en la previa a la actividad.
La iniciativa forma parte de un programa que se desarrolla en distintas regiones tropicales y subtropicales del mundo y que, en Argentina, tiene como socia clave a la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas (FICH) de la Universidad Nacional del Litoral. Se busca cuantificar, monitorear y evaluar el impacto del Manejo Integrado del Fuego (MIF), incorporando el conocimiento de la academia, organismos de control y comunidades locales.


Giometti destacó que el trabajo se realiza en una época clave para prevenir grandes incendios en un futuro cercano: “Las heladas han deshidratado el combustible fino, y es el momento en que normalmente se hacen quemas para pastoreo. Aquí lo hacemos con fines científicos, para generar información que sirva al manejo responsable del fuego”.
El CMMC aportó estaciones meteorológicas, medidores multiparamétricos, anemómetros, termohidrómetros, sensores de humedad de suelo y equipos de comunicación. “Nuestro rol es relevar datos en tiempo real y asegurar las comunicaciones en un área de trabajo extensa”, explicó su director.
Los estudios continuarán con nuevas quemas en otras parcelas, con el fin de contar con un registro comparativo a lo largo del tiempo. Para Giometti, este tipo de experiencias son esenciales para desarrollar estrategias que reduzcan el riesgo de incendios y protejan la biodiversidad de los humedales: “Es un trabajo conjunto que muestra que el fuego, bien manejado, puede ser una herramienta para evitar catástrofes ambientales”.









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