La Pastoral Social Rosario advierte al Gobierno por la reforma laboral: “El trabajador es sujeto de derechos”

En un extenso documento, la Pastoral Social de Rosario cuestionó los lineamientos del Gobierno nacional respecto a una posible reforma laboral, afirmando que cualquier cambio normativo debe tener como base “el derecho de los trabajadores”. Citando al papa Francisco, llamó a una “sana política” guiada por el bien común y reclamó diálogo entre Estado, empresarios y sindicatos.

La Pastoral Social Rosario se posicionó públicamente frente a los debates sobre una eventual reforma laboral impulsada por el Gobierno de Javier Milei y difundió un documento en el que remarca que “el trabajador es sujeto de derechos” y que toda modificación normativa debe partir de ese principio fundamental. Desde una perspectiva religiosa, política y social, el espacio advirtió que cualquier iniciativa debe orientarse hacia el bien común, la dignidad humana y la justicia social.

El texto comienza señalando que “legislar es tarea política” y retoma palabras del papa Francisco: “La sana política que necesitamos es la que es capaz de transformar las instituciones, coordinarlas y dotarlas de mejores prácticas que permitan superar presiones e inercias viciosas. Su grandeza se muestra cuando obra por grandes principios y pensando en el Bien Común a largo plazo (LS 189)”.

Siguiendo esa línea, la Pastoral afirma que lo verdaderamente popular es “asegurar a todos el trabajo, que es la posibilidad de hacer brotar las semillas que Dios ha puesto en cada uno (...). Es la mejor ayuda para un pobre, el mejor camino a una existencia digna (FT 162) porque es fuente de riqueza o al menos de condiciones para una vida decorosa”.

El documento sostiene que el empleo es un derecho fundamental, base para una vida digna en el plano material, social, cultural y espiritual, y que por ello la desocupación constituye “una verdadera calamidad social”. En este sentido, el Estado debe promover políticas que activen el empleo, “incentivando el mundo productivo” y creando condiciones apropiadas, sin sofocar la iniciativa privada (CDSI 291).

La Pastoral enumeró además un conjunto de derechos laborales que deben garantizarse la justa remuneración; descanso; condiciones de trabajo que no perjudiquen la salud o la integridad moral; salvaguarda de la dignidad y conciencia; subsidios para trabajadores desocupados y sus familias; pensión; seguridad social ante vejez, enfermedad o accidentes; prestaciones por maternidad; derecho a reunirse, asociarse y sindicalizarse (CDSI 301).

Respecto a estos principios, el comunicado subraya que toda legislación debe reconocer que el trabajador no es un recurso descartable, sino una persona con derechos. Reafirma también que “el trabajo no es una mercancía”, y que el salario es clave para la justicia en las relaciones laborales y debe garantizar una vida digna para el trabajador y su familia (CDSI 302/3).

El texto también recuerda que los ciudadanos no pueden ser privados, por razones productivas, del descanso, el ocio y el culto divino (CDSI 284/6). Sobre los sindicatos, afirma que su rol es fundamental para la defensa de derechos y la construcción del desarrollo social, aunque advierte que deben evitar el corporativismo, autorregularse y ponderar sus decisiones en función del bien común (CDSI 305/7).

La huelga, señala el documento, “constituye un recurso inevitable, si no necesario”, siempre que sea ejercida de manera pacífica y proporcionada (CDSI 304). Asimismo, advierte que la informalidad laboral, el trabajo no registrado, el desempleo juvenil, la feminización de la pobreza y la situación de migrantes constituyen “heridas sociales profundas” que cualquier reforma debe atender para evitar el aumento de desigualdades.

Finalmente, la Pastoral remarca que toda reforma profunda debe surgir del diálogo sincero entre Estado, trabajadores y empresarios, y que la negociación colectiva es un pilar para la justicia y la paz social.

“Con estas ideas queremos colaborar al esclarecimiento de las conciencias, dejando en claro que no compete a la Iglesia inmiscuirse en cuestiones técnicas ni partidarias, y que sólo nos guía el propósito de alentar la Amistad Social”, expresa el comunicado.

Y concluye: “Que nuestra Madre, la Virgen María, bajo la advocación de Nuestra Señora del Trabajo, y San José Obrero intercedan por quienes trabajan, buscan trabajo y por quienes deben legislar en favor del bien común”.