Una mujer de 40 años murió por Hantavirus en Ibarlucea

La reconstrucción del caso permitió detectar que la víctima había viajado hace algunas semanas a una cabaña ubicada en la ciudad de Victoria, Entre Ríos, por lo que las autoridades sanitarias elevaron la notificación correspondiente la vecina provincia.

Una mujer de 40 años que vivía en el barrio Las Casuarias de Ibarlucea falleció luego de haber contraído hantavirus. La misma se había acercado al Hospital Eva Perón de Granadero Baigorria por un cuadro gripal, pero su estado de salud empeoró con el correr de los días.

Según informaron las autoridades sanitarias, la paciente comenzó con dolores musculares el pasado 23 de diciembre y presentó fiebre a las 24 horas. Terminó internada en la Unidad de Cuidados Intensivos y finalmente falleció el día 25.

Luego de constatar mediante estudios de laboratorio que resultó ser un caso de hantavirus, se informó oficialmente este lunes y se impulsaron las acciones de control del foco en la localidad de Ibarlucea.

La reconstrucción del caso permitió detectar que la mujer había viajado hace algunas semanas a una cabaña ubicada en la ciudad de Victoria, Entre Ríos, por lo que las autoridades sanitarias elevaron la notificación correspondiente a sus pares entrerrianas.

Cabe recordar que el hantavirus se transmite principalmente por la inhalación de partículas microscópicas de orina, heces o saliva de roedores infectados.

Los principales síntomas del hantavirus son similares a los de una gripe, incluyendo fiebre alta, dolores musculares, escalofríos, dolor de cabeza, náuseas, vómitos y diarrea, que aparecen tras una exposición a roedores, y que pueden evolucionar rápidamente a dificultad respiratoria severa, tos seca y fallo cardíaco en el grave Síndrome Cardiopulmonar por Hantavirus (SCPH), requiriendo atención médica inmediata.

Para prevenir es fundamental el control de roedores, sellando grietas (con mallas o cemento), eliminando posibles refugios (como cajas y leña acumulada), y mantener la basura en recipientes con tapa. En el manejo de roedores (vivos o muertos), no tocarlos. Utilizar trampas y, en caso de que este muerto, rociar con lavandina, esperar, recoger luego con guantes y enterrar o quemar.

Ante la sospecha de contagio recurrir inmediatamente en busca de atención médica, mencionar la posible exposición a roedores y evitar el contacto cercano con otras personas.